Un día que estaba en el bosque, Alí oyó un ruido atronador.
Asustado trepó a un árbol, viendo 40 jinetes cabalgando, cada uno con una bolsa llena de oro. ¡Eran ladrones! Y al llegar frente a una gran roca, el jefe llamado Constantino gritó: “¡Para arriba roquita bonita!”. Se oyó un trueno y la roca se abrió como por encanto. ¡Increíble!
Los ladrones entraron y ya dentro, el jefe gritó: “¡Para abajo roquita bonita!”. Y la roca se cerró. Era su guarida. Al rato salieron, la roca se cerró y los ladrones se alejaron a todo galope. Alí Tomás bajó del árbol y, frente a la roca, gritó: “¡Para arriba roquita bonita!”, Y se abrió. Raudo entró, hallando un fabuloso tesoro. “¡Para abajo roquita bonita! ”Dijo, recogiendo una gran cantidad de monedas y rubíes; asegurando su vida por mucho tiempo. Ya en casa su mujer saltó de alegría, acordando guardar el peligroso secreto. Iban a pesar el oro, teniendo la mala idea de pedir la bascula a Pablo. La mujer de éste sospechó y se lo dijo a su marido, quien obligó a Alí Tomás a contárselo todo. Pablo corrió a la cueva y, después de gritar las palabras mágicas ingresó a ella, estando muchas horas recolectando su propio tesoro. Pero, al querer salir, olvidó dichas palabras; siendo sorprendido por los ladrones, que no dudaron en aprisionarlo. Alí Tomás lloró al ver que habían tomado a su hermano Pablo. Así que fue despacio, dado que tenía prisa y sacó a su hermano de aquel apuro. Al volver, los ladrones repararon que el preso ya no estaba, por lo que decidieron buscar a Alí Tomás. Uno de ellos que conocía donde vivía la familia Tomás, pintó su casa con una marca pintada con acuarelas para que la reconocieran el resto de ladrones la noche siguiente, ya que habían planeado ir a medio día a recuperar todo lo perdido, y entonces al llegar el día siguiente..
TERMINA TU EL RELATO.
Asustado trepó a un árbol, viendo 40 jinetes cabalgando, cada uno con una bolsa llena de oro. ¡Eran ladrones! Y al llegar frente a una gran roca, el jefe llamado Constantino gritó: “¡Para arriba roquita bonita!”. Se oyó un trueno y la roca se abrió como por encanto. ¡Increíble!
Los ladrones entraron y ya dentro, el jefe gritó: “¡Para abajo roquita bonita!”. Y la roca se cerró. Era su guarida. Al rato salieron, la roca se cerró y los ladrones se alejaron a todo galope. Alí Tomás bajó del árbol y, frente a la roca, gritó: “¡Para arriba roquita bonita!”, Y se abrió. Raudo entró, hallando un fabuloso tesoro. “¡Para abajo roquita bonita! ”Dijo, recogiendo una gran cantidad de monedas y rubíes; asegurando su vida por mucho tiempo. Ya en casa su mujer saltó de alegría, acordando guardar el peligroso secreto. Iban a pesar el oro, teniendo la mala idea de pedir la bascula a Pablo. La mujer de éste sospechó y se lo dijo a su marido, quien obligó a Alí Tomás a contárselo todo. Pablo corrió a la cueva y, después de gritar las palabras mágicas ingresó a ella, estando muchas horas recolectando su propio tesoro. Pero, al querer salir, olvidó dichas palabras; siendo sorprendido por los ladrones, que no dudaron en aprisionarlo. Alí Tomás lloró al ver que habían tomado a su hermano Pablo. Así que fue despacio, dado que tenía prisa y sacó a su hermano de aquel apuro. Al volver, los ladrones repararon que el preso ya no estaba, por lo que decidieron buscar a Alí Tomás. Uno de ellos que conocía donde vivía la familia Tomás, pintó su casa con una marca pintada con acuarelas para que la reconocieran el resto de ladrones la noche siguiente, ya que habían planeado ir a medio día a recuperar todo lo perdido, y entonces al llegar el día siguiente..
TERMINA TU EL RELATO.
